Sorry, nothing in cart.
En principio no quería hacer ninguna crónica de esta competición, casi prefiero borrarla de la cabeza, no recuerdo una carrera en la que mi rendimiento hubiera sido tan bajo salvo en una ocasión, hace unos cuatro años, que corrí con faringitis. El resultado entonces, como hoy fue el mismo, «aún me están buscando en el circuito», expresión que solemos usar cuando alguien tiene un mal día y le meten «una minutada» en meta.
En el calentamiento ya vi que no fluía, notaba las piernas congestionadas, sin temperatura y apelmazadas. No quise darle mucha importancia y seguí animándome, centrándome en los objetivos y tareas que quería llevar a cabo.
La meteorología era ideal, no hacía viento, temperatura adecuada sin frío y sin amenaza de lluvia. No pudieron decir lo mismo los de la categoría absoluta masculina. El circuito del Cross de Alcobendas es duro por sus cambios de ritmo y subidas. Además, el agua que cayó el día anterior habían endurecido aún más el terreno… sin embargo, me gusta el cross y a simple vista no me parecía que estuviera peligroso, sí divertido.
Dan el pistoletazo de salida y creo que mi activación fue la adecuada, salgo entre las cinco primeras españolas. Pero ya en los inicios soy consciente de que «no voy»… Trato de encontrar mi ritmo aceptando que me pasen grupos de corredoras y poder engancharme a alguno.
Las dos siguientes vueltas de 1.800m las paso así, animándome e intentando seguir en carrera, mantengo mi espíritu de lucha, no descartando que en algún momento logre encontrarme bien y disfrutar de verdad del momento… pero los metros pasan y cada vez voy peor, muscularmente bloqueada, sin capacidad de subir una cuesta y perdiendo posiciones.
Por supuesto que pensé en retirarme mucho antes de llegar al 50% de la prueba, pues ya veía desde el inicio que no era mi día y que no tenía mucho sentido llegar. Estaba sufriendo más en lo moral que en lo físico (aquí estaba totalmente limitada), pero en esos momentos siempre pienso que ése es el camino fácil y que debo buscar recursos en mí para continuar al 100%, aunque en ese momento solo disponga del 50% de mis capacidades.
Además, un organizador como el CAP Alcobendas cuenta conmigo para su cross y si no hay razón de fuerza mayor como una lesión o enfermedad, no puedes abandonar, sería una falta de respeto. Esto no quita que no sintiera cierta vergüenza o bochorno a mi paso, pues parecía que no era yo la que corría.
Desde luego estoy deseando resarcirme, poder llegar a enero y febrero y hacer unas buenas marcas en ruta y utilizar la ingrata experiencia de hoy como ejemplo con otros corredores, para inspirarles y mostrarles que un resultado aislado no debe hacerte perder ni la confianza ni la ilusión.
Siempre hay causas que desencadenan estas situaciones pero uno también debe poner en perspectiva su preparación y los objetivos a los que está enfocada su planificación.
Tengo que felicitar a mis compañeras y rivales, especialmente a Ana Lozano y Lucía Morales, de mi Club Seoane Pampín, quienes en el cross anterior en Atapuerca no se encontraron bien y sin embargo hoy han rematado.
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