Subcampeonato de España de 10.000m de Sonia Bejarano

Apostando por la clasificación olímpica en Maratón

Los que siguen mi trayectoria ya conocen que la preparación de 2016 se centraba en intentar una clasificación para los JJOO de Río en la prueba de maratón.

Lo intenté, me preparé para ello y, no lo conseguí. No me avergüenza reconocerlo, al contrario, me enorgullezco de contar que lo intenté con todas mis ganas, al igual que me enorgullezco de levantarme de un revés y seguir caminando y luchando por otros objetivos quizás menos ambiciosos dentro de un año olímpico, pero para mí igualmente importantes y que dan sentido a mi carrera deportiva y me motivan atléticamente.

Una vez esfumada la posibilidad olímpica, el Campeonato de España de 10.000m se dibujaba en el horizonte de los objetivos. Este año se celebraba en Maia (Portugal). Desde hace varios años la Federación Española de Atletismo y la Portuguesa unen el campeonato nacional con el Trofeo Ibérico de 10.000m, que antes se celebraban en diferentes fechas, por lo que en los años pares nuestro campeonato se celebra en Portugal y en los impares en España.

De este modo, tocaba viajar al país vecino en buena compañía y con la certeza de pasar un buen fin de semana independientemente del resultado.

Las semanas previas me asaltaban dudas de mi verdadero estado de forma. Debido al cansancio suprimí varias dobles sesiones y focalicé un único objetivo en la carrera de Maia; el mejor puesto posible. Esto significaba apartar, de momento, el intento de marca mínima para acudir al Campeonato Europeo de Pista en Amsterdam el próximo julio y centrarme únicamente en puestos de pódium. Además, el pronóstico del tiempo tampoco invitaba a soñar demasiado con esta opción, lluvias y fuerte viento, por lo que la meta era clara y las prioridades quedaban establecidas.

Campeonato de España 10.000m de Maia (Portugal): Salida

Con las ideas ordenadas me dirijo con mi marido Jaime a la pista. Calienta conmigo aunque es la primera vez que lo hace. Desde por la mañana tengo una actitud muy relajada y verbalizo varias veces lo pesado que se me hacen últimamente los momentos previos. Solo me interesa correr y lo que ocurre antes del pistoletazo es un protocolo que aunque rutinario siempre se vive con incertidumbre pues desconozco cómo será mi puesta en escena hasta que no hago un progresivo en la pista y mis piernas me hablan.

Tras el disparo, acelero y busco mi ritmo, cómodo. El grupo de sub 32´30” se marcha con varias portuguesas, la española Trihas Gebre, la húngara Kriztina Papp y la británica Lilly Patridge entre otras. Tengo el impulso de irme detrás pero ya se lo que es pecar de ambiciosa y decido ser fiel a mi objetivo inicial y quedarme a pelear en el grupo de españolas.

En menos de una vuelta me sobrepasan varias; Tania Carretero, Gema Barrachina, Judith Plá, Gema Martín y dos o tres extranjeras más. Me quedo donde no quiero estar, a la cola del grupo pero me mantengo pendiente por si hay cambios por delante.

En varias ocasiones intento subir en el grupo y acercarme a la cabeza pero es una situación incómoda por la falta de espacio y la tensión que se palpa. Decido esperar los momentos en los que pueda moverme en lugar de forzarlos.

Mitad de carrera

Las vueltas pasan, y me sorprende encontrarme ya a falta de 18 vueltas cuando, dos años antes, tuve que retirarme a falta de 17 con sensaciones muy diferentes a las de hoy. Me encuentro bien aunque voy recelosa, también se lo que es ir muy bien y en la siguiente vuelta no poder mover las piernas. Afortunadamente el día es fresco, la temperatura es idónea para una prueba de fondo, los desfallecimientos o falta de fuerza los he sufrido con calor, por golpe de calor o deshidratación.

Gema Barrachina y Judith Plá comandan la prueba y la endurecen a pesar del viento que no cesa de frenarnos en la contrameta. Yo tengo mis luchas particulares por la posición en la cola del grupo y veo el momento de sobrepasar a Gema Martín. De vez en cuando hay tirones que rompen el grupo, como el inicial que no pudo seguir la otra extremeña, Raquel Gómez, aunque después estuviera “rodando” varias vueltas al mismo ritmo que el de nuestro segundo grupo.

Varias atletas del primer grupo empiezan a acusar el ritmo y las sobrepasamos con algún traspiés que otro. En algún momento de la carrera cierro el hueco que dos compañeras de viaje extranjeras habían abierto al endurecer el ritmo, así que de nuevo nuestro pelotón se compacta y tanto Tania como Judith vuelven a echarse la carrera a sus espaldas.

A falta de 2800m la británica Jessica Anne Andrews lanza un ataque que ninguna española ni la portuguesa Carla pueden seguir y, aunque mi ataque definitivo no estaba planeado tan pronto, aprovecho la ocasión y acelero para irme con ella, abriendo un pequeño hueco que crece metro a metro, afianzándose en cada vuelta.

Llegada a meta

A falta de dos vueltas Jessica se me escapa, aunque puedo superar a la suiza Martina Strähl.

Menos de 1.000m… pero que hay que afrontar con la cabeza fría y calcular bien las fuerzas. En pista, si no llegas con posibilidad de cambio a los últimos 400m puedes quedarte sin opciones de pódium por mucha distancia que hayas abierto a tus rivales.

Encaro la última vuelta con fuerza incrementando en cada metro aunque con cuidado de sobrepasar adecuadamente a las atletas dobladas y evitar “sustos”. Cruzo la meta contenta, feliz de haber cumplido el objetivo y de haber disfrutado de las sensaciones durante la prueba.

Trihas Gebre con incuestionable superioridad, gana la prueba y el Campeonato de España con 32´14” por delante de la húngara Kristina Papp. En el pódium la acompañamos Tania Carretero en tercera posición con 33’37” (que se disputó este bronce con la combativa Judith Plá en un esprín en los últimos metros), y yo en segunda posición con 33´29”. España ganó el Trofeo Ibérico.

El próximo objetivo está por decidir aún, hay que barajar posibilidades y estudiar el calendario de pruebas que quedan por delante.

La equipación Vitalrunners de Sonia Bejarano en el Campeonato de España de 10.000m puedes adquirirla aquí.

QUIERO SER VITALRUNNER